miércoles, 7 de agosto de 2013

Tesis Kantiana

Tesis kantiana

La voluntad puede tener dos fundamentos: la razón o la inclinación. Cuando es la propia razón la que decreta el modo en que debe actuar la voluntad, ésta es autónoma porque se da a sí misma sus propias leyes particulares o discretas. Sin embargo, cuando la voluntad viene determinada por la inclinación (palabra con la que Kant se refiere al conjunto de apetitos sensibles venidos de lo ajeno) la voluntad es heterónoma por su generalidad o sincretismo.

Esta tesis kantiana puede parecer extraña para la forma actual de entender las cosas, pues ahora es más bien común creer que se es libre si se es capaz de realizar todas y cada una de los apetencias que se tengan, por lo que se considera a la ley moral como un estorbo para la libertad absoluta, entendida como capacidad para hacer lo que plazca[cita requerida]. Sin embargo, Kant pensó que cuando existe el propósito de seguir lo que reclaman de los deseos o apetitos, la conducta no es libre, pues su realización sólo es posible doblegándose a las exigencias que impone el mundo y, por tanto, a algo exterior a la propia voluntad.
Por ejemplo, si alguien considera que el principio que debe regir su conducta es el de obtener reconocimiento social por encima de todo, su conducta no será constante pues tendrá que someterse a las exigencias determinadas por el cambiante orden social: Si desea conseguir el aplauso de la mayoría se deberá cambiar de partido político, o de amistades, o de ideas cuando las circunstancias lo hagan necesario.
Tal ves para los que estamos involucrados en estadios públicos esto no sea difícil de comprender ya que cada ves más se observa este tipo de conducta que a la postre debe ser rechazada si raya en lo inmoral y choca con nuestra cultura en Panamá. Profesor Audino Fuentes F. 

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